Este desenfadado local de la Roma Norte te recibe en un patio delantero con elementos de piedra, mesas y árboles de antaño. Subiendo unos escalones se llega al cobertizo, con columnas cubiertas de hiedra y una terraza a todo lo largo donde también podrás comer al aire libre. En el interior propiamente dicho, con suelos de madera y paredes de estuco, te esperan una barra y una cocina abierta donde se prepara una gran variedad de propuestas, todas ellas creativas y basadas en sugerentes combinaciones de ingredientes. La empanada norteña, dorada y crujiente, viene rellena de chicharrón prensado y pescado ahumado, mientras que el sabroso pulpo guisado se presenta coronado con trocitos de crujiente menudo y acompañado de unas tortillas recién hechas.