Quien dirige este emblemático local de Tijuana es el chef Ruffo Ibarra. El comedor –en oscuros tonos tierra, paredes de ladrillo rojo, suelos de madera y baldosas, vigas metálicas y una cálida iluminación– respira un aire industrial, mientras que la cocina, de raíz mexicana, adquiere tintes contemporáneos. Su amplia oferta incluye entradas frías (crudos y mariscos), cortes a la parrilla y sopas como el consomé de camarón con hongos, donde un sabroso caldo de camarón caliente pocha ligeramente los trozos de camarón crudo. Entre los pescados, la dorada y crujiente lobina se presenta acompañada de cremoso puré de cebolla, trocitos de col frita y salsa verde. Los churros calientes con helado de bourbon serán un excelente final.