En el interior de un hotel boutique salpicado de olivos, este encantador local inaugurado no hace mucho es una promesa dentro de la escena culinaria local. Pese a cambiar con frecuencia, su carta de temporada destaca siempre por la sencillez y pureza de sus sabores, reflejo del principio “del huerto a la mesa” que pone en práctica gracias a los excelentes productos que agricultores de la zona suministran a diario. Ya elijas entre el menú vegetariano o el de temporada (de mar principalmente) u optes por algún plato a la carta, principales como la pesca del día con puré de apionabo o el pulpo a la parrilla con mole blanco lograrán deleitarte sin duda. Postres como las ciruelas caramelizadas con sorbete de albahaca morada o el eclair de calabaza con helado de colinabo son especialmente tentadores.